¿Para comunicar? Profesionales, por favor
Imagínese que tiene unos ahorros y quiere invertir en bolsa, pero de finanzas solo sabe que no sabe nada, por lo que seguramente acuda a un especialista en Bolsa. Plantéese ahora que se encuentra inmerso en un proceso judicial y necesita asesoramiento jurídico. En este caso, es más que probable que decida contratar los servicios de un abogado, un profesional del Derecho.
En ambos ejemplos resulta obvia la búsqueda de expertos en la materia, en ningún momento se le ocurriría contactar con meros aficionados. Sin embargo, la obviedad no lo es tanto, por no decir que apenas llega a ser una obviedad, cuando se trata de contratar los servicios de profesionales de la Comunicación.
Resulta contradictorio el escaso valor que se otorga a un servicio tan necesario para el correcto desarrollo de toda empresa, institución u organismo. El acto de comunicar es constante y si constantemente se hace mal, los resultados no serán los deseados.
El saber comunicar consiste precisamente en eso, en saber, y para ello contamos en nuestro país con buenos profesionales de la Comunicación, personal formado y cualificado, capaz, por ejemplo, de advertir cuáles son tus necesidades comunicativas y adoptar las medidas para paliarlas, o detectar aquellas acciones para potenciar tu imagen y reputación.
La comunicación se convierte en uno de los pilares esenciales de toda empresa, tanto en acciones externas -de cara a los clientes– como internas -para los propios empleados-, y si no se tiene en cuenta ni se reconoce su importancia, el resto de pilares comenzarán a tambalearse. Por ello, para comunicar….profesionales, por favor.
